Cerca del Tajo, en soledad amena. Una teatralización de las Églogas de Garcilaso

Con la producción de LA MAQUINA REAL y el patrocinio de la Fundación Garcilaso de la Vega:

Representación teatral de las Églogas de Garcilaso

17 de enero 2025 – Teatro Rojas (TOLEDO)

20 de enero 2025 – Ateneo de Madrid

Viajamos desde la corte virreinal de Nápoles a las orillas del Tajo, no muy lejos de Toledo. En un paraje bucólico varias ninfas tejen las historias de dos pastores, Salicio y Nemoroso, que les cantan y les cuentan sus desastrados amores a las ovejas, a los pájaros, a los árboles y a los manantiales.

A partir de una investigación pluridisciplinar históricamente informada, hemos convertido las églogas de Garcilaso de la Vega en material escénico con música renacentista y un retablo de títeres, pero más allá del ejercicio de estilo, nos interesa contrastar la mirada idílica del poeta toledano sobre el paisaje que le vio nacer con el preocupante estado actual del entorno del río Tajo, con sus aguas no tan corrientes, ni puras, ni cristalinas. 

Compuestas entre 1532 y 1536 durante su estancia en la que entonces era una de las ciudades más pobladas de Europa, estas Églogas son una evocación idealizada del campo castellano desde la corte de una gran urbe. La recitación o representación de estos textos formó parte del ceremonial en torno al virrey de Nápoles, Pedro de Toledo

Para recrear el entorno sonoro y musical de nuestro espectáculo recurrimos, por un lado, a las pocas piezas originalmente compuestas sobre pasajes de las tres églogas de Garcilaso. Para los pasajes que no sobreviven en versiones musicales de la época, recurrimos a modelos musicales para “recitar cantando”.

Con el marco incomparable del Teatro de Rojas (Toledo) y el histórico Ateneo de Madrid, y con la mirada puesta en reino de Nápoles, fue puesta en escena la obra por la compañía La Máquina Real.

Inspirados en los primitivos pesebres napolitanos y en los mecanismos del belén articulado de Laguardia (Álava), entremezclando actores y títeres de cuerda, resonaron las Églogas de Garcilaso.